Profesar abiertamente el amor que se siente, prometerse o volver a recordar formalmente la promesa hecha hace mucho tiempo; para la mayoría, este es probablemente uno de los días más importantes de su vida. ¡Y es un día que debe ser especial!
¿Hay algo más hermoso que pasar este día tan especial en el sitio más bonito del mundo?
¡En La Palma es posible! Podrá incluso contar con apoyo profesional y muy comprometido: La Palma Wedding es el nombre de la pequeña empresa creada por la alemana Susanne Langford. Su empresa ofrece ceremonias aconfesionales, bodas de oro y plata o renovación de los votos matrimoniales bajo el sol de Canarias y en playas solitarias. Y todo ello adaptándose a las ideas y deseos individuales, sin importar que el evento deseado sea súper romántico, auténtico u opulento. La Palma Wedding se encargará de todos los detalles en este día: desde la preparación de la ceremonia hasta la suite matrimonial. Y hay algo que La Palma Wedding garantiza a todas las parejas: ¡Este día será inolvidable!
Más información en el teléfono 0034-648934125 o en www.la-palma-wedding.com.

Ensalada Già Stà?: Ensalada de rúcola, queso de cabra palmero, tomate cherry y aceitunas.

Pasta Bussard: Espagueti con gambas y daditos de verduras frescas.

Arroz Già Stà?: Plato de arroz al curry con pechuga de pollo, plátano, mango, piña y pimientos.

Tiramisú: Postre veneciano.

Muy cerquita de Puntagorda se encuentra la antigua venta de El Castillo, en cuyo acogedor y elegante ambiente, Ina, Robert y su equipo, tratan a sus clientes como reyes, mimando cuerpo y alma.
La cocina combina productos regionales y especialidades con productos frescos de su propia huerta de finas hierbas, y platos atlántico -mediterráneos que entusiasman. ¡Por algo la revista culinaria alemana essen&trinken recomienda encarecidamente este pequeño pero fabuloso restaurante!
Fantástico, sobre todo en las tardes y noches más frescas del otoño-invierno: las vistas panorámicas sobre el Atlántico y los profundos barrancos se pueden disfrutar también junto a la chimenea, si afuera, en la terraza, hiciera demasiado frío.
Y para que los fines de semana cada flor sea fresca, cada cristal de las viejas ventanas esté reluciente y cada sonrisa sea resplandeciente y sincera, el Azul sólo puede visitarse en fin de semana. ¡Qué pena y qué bien!